Matrimonio Cristiano (100% - 100%)

  Un hogar que es seguro y feliz tiene que ser construido sobre el entendimiento de lo que hace que un matrimonio sea exitoso.
La frase “el matrimonio es una preposición de 50/50 se oye frecuentemente. Suena lógica. Sin embargo, lo lógico detrás de ella puede destruir muchos matrimonios. La base de un matrimonio 50/50 es, “si tú haces tu parte, yo hago la mía”, llegará a la tragedia porque hay tiempos en cada matrimonio cuando alguien falla. En un matrimonio 50/50, causa que uno de la pareja decida no hacer su 50 %. Entonces la batalla estalla.
El matrimonio 50/50 no es el camino de Dios. El esposo y la esposa quienes empiezan el matrimonio con la base 50/50 siempre van a estar revisando si su compañero está cumpliendo con su parte. Cuando uno falla, la amargura resulta en el otro. El compañero que se siente defraudado, no va a cumplir con su 50 % para hacer lo mismo que su pareja. Luego las cosas son peores. Aún 90 % – 10 % el matrimonio no funcionará. El compañero que quiere dar el 90% tendrá la tendencia de estar viendo si su compañero está cumpliendo su 10 %.
El camino de Dios en el matrimonio es 100%-100%.
Cada compañero tiene que dar su 100% aunque su pareja falle completamente. Si solamente uno en la pareja fielmente da su 100% el hogar no puede ser destruido. Dios usa acciones y actitudes correctas del compañero fiel para enderezar y restaurar al compañero que está fallando.
Las instrucciones de Dios para el matrimonio de 100%-100% se encuentra en varios lugares en la Biblia. Efesios 5:18-33 es el pasaje primario. En estos versículos, Dios da a cada compañero ciertas instrucciones. Ambos, esposa y esposo tienen diferentes responsabilidades asignadas a ellos. En Efesios 5:22-24 se dice a la esposa: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”
Dios no cambia estas instrucciones a la esposa, Él no dice, “esté sujeta …si su esposo hace lo correcto y cumple con su responsabilidad.” Es más, en un pasaje similar en 1º Pedro 3:1, el Señor dice que una esposa debe cumplir sus responsabilidades sin quejarse, aleccionando o enseñando a su esposo. Ella le va a ganar a los caminos de l Señor por su comportamiento. Esta promesa maravillosa dice;“ Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta (comportamiento) de sus esposas.”
Cuando un hombre falla en hacer lo que debe de hacer en el matrimonio, Dios trata con él. Sin embargo muchas veces, el hombre no oye al Señor o no siente la presión del Señor porque ya está oyendo a su esposa y sintiendo la presión que ella está aplicando. Él va a resistir a las palabras de su esposa. Pero si ella en verdad está viviendo 1º de Pedro 3:1 y es callada y dulce, sumisa en todas las cosas, el hombre sentirá la mano de Dios sobre él. Puede ser que se resista a su esposa, pero él no puede resistirse a Dios por mucho tiempo.
La Biblia enseña que el hombre es la cabeza del hogar. Esto no quiere decir que la esposa es inferior. El Señor toma cuidado para enseñarnos esto en 1º Corintios 11:3. Él dice: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”
Estar bajo autoridad no es una posición de inferioridad. Este versículo nos recuerda que Dios es “la cabeza de Cristo”. el Señor Jesús es Dios y es igual con el Padre en todo. Pero cuando Él vino al mundo y se hizo hombre para morir por nuestros pecados, Él se sujetó a su Padre celestial en todas las cosas. Al sujetarse, no se hizo inferior a su Padre en todas las cosas. Sin embargo, Él hizo todas las cosas porque su Padre o quería…y no solo porque Él quería. Dios nos recuerda de esta verdad importante en el mismo pasaje donde Él nos dice que: “El varón es la cabeza de la mujer”. Dios nos ha dado este ejemplo para mostrar que la sumisión no es señal de inferioridad. Cada institución tienen que tener una cabeza. Si no el resultado es anarquía.
Para evitar anarquía o una constante batalla sobre quien está encargado, Dios hace al varón cabeza de la familia. Sin embargo, el hombre no debe de ser un dictador. En los versículos siguientes da las instrucciones de las esposas para ser sumisas, Dios severamente limita el derecho del hombre para hacer cualquier cosa que él quiere. Dios, después de dar al varón la autoridad en la familia, le quita su derecho de usarlo irresponsablemente diciéndole:“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25)
A causa de su amor, Jesucristo dio su todo, incluyendo su vida por su novia… la iglesia. Este es el plan de Dios para los hombres en el matrimonio. Dios no dice a la mujer que debe de someterse si el esposo la ama. Dios no dice al hombre que debe amar a su esposa, si ella está en sumisión a él. De hecho, dando al hombre estas instrucciones, usando el ejemplo de Cristo, se dice al esposo que hay que amar a su esposa aunque ella esté en rebelión abierta en contra de él. El esposo debe de amar a su esposa como el Señor amó a la iglesia y dio su vida por ella. La Biblia muestra cómo el Señor amó. Dice: “Mas Dios muestra (demostró) su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros… Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo.” (Romanos 5:8,10)
Cristo se dio a sí mismo por nosotros (su novia) mientras que éramos pecadores. Realmente éramos enemigos de Dios. Aún así, Él murió por nosotros. Cuando vemos su amor, nuestros corazones son transformados y nos hace amarle. Igual, el amor paciente y profundo de un esposo, por fin, ganará el corazón de la esposa y la cambiará. El Señor Jesús no nos limpia ni nos perfecciona golpeándonos. ¡Nos ama y nos enseña con su Palabra! Para ver el concepto completo, lea Efesios 5:25 y los dos versículos siguientes. Pida a Dios que le dé entendimiento sobre el funcionamiento del proceso en el matrimonio. La Biblia dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
No hay ningún arreglo de 50/50 en el plan de Dios para un matrimonio feliz y exitoso. Cada pareja tiene que cumplir su propio 100%. Cada uno es responsable por su 100%, aunque el otro compañero no haga nada. Esto no quiere decir que uno de los dos tiene que ser un mártir de por vida. Dios usará la sumisión dulce, gentil y fiel de una esposa para traer a convicción de pecado a un esposo descarriado. O, él puede usar el amor paciente de Cristo y propio sacrificio de un esposo para derretir el corazón duro y rebelde de una esposa extraviada. Estas técnicas no solamente trabajan para convencer al compañero que está fallando a que cumpla con sus obligaciones. También trabajan para corregir cada pequeña deficiencia que el compañero tiene.
Es imposible, hablando humanamente, dar su 100% sin reaccionar a las fallas del compañero. Por eso todo este pasaje se introduce a la amonestación:“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” Efesios 5:18
Mientras que estamos siendo constantemente llenados con Dios, con su poder y su amor podemos ser los esposos y esposas que Él nos llama a ser.
Cuando un compañero (o el otro) se da cuenta de que no ha estado dando su 100%, debe de confesar sus fallas al Señor en detalle. También debe de pedir perdón a su compañero por su fracaso de ser el tipo de compañero que Dios quiere que sea. No dé con detalle lo que usted o su compañero deben ser. Solo busque el perdón y luego empiece a someterse dulce y amorosamente como debe.